Primer Semestre 2021

Han pasado ya seis meses del año 2021 y los mercados continúan con las alzas que se iniciaron tras la corrección de marzo del 2020. Estas subidas han llevado a muchos valores e índices de nuevo a máximos históricos, dando muestra de que las altas valoraciones por múltiplos que tenemos en general pesan poco a la hora de decidir si estar o no en el mercado. El principal catalizador sigue siendo lo que hagan los bancos centrales y no tanto a cuantas veces beneficio cotiza un valor o índice.

Es por esto que todas las miradas están puestas en si la Reserva Federal o el Banco Central Europeo reducen o no sus programas de compras, o si se atisba algún dato de inflación que pudiera provocar una subida de tipos.

De momento, todo bajo control, al menos eso se desprende de la última reunión de la FED en donde se dejó claro que se mantendrían las compras habituales y no veían en los últimos datos de inflación motivo alguno para cambiar su política de tipos de interés.

Si los datos de inflación empeoraran durante el verano o mejorara mucho el empleo podríamos tener volatilidad durante estos meses ya que el mercado podría descontar alguna reducción en el programa de compras o una posible subida de tipos.

De momento parece que a Jerome Powell la inflación no le preocupa demasiado (la considera “puntual”) así que los ojos están puestos en el empleo. En este sentido creemos que debería de haber un descenso en el desempleo desde el 5,9% actual hasta cerca del 4% para ver movimientos en la próxima reunión del 22-24 de Agosto.

Un cambio en los datos podría provocar actuaciones por parte de los bancos centrales (tapering) y eso provocaría caídas en los mercados, sin embargo seguimos siendo positivos en renta variable a largo plazo por lo que, de haber correcciones, las consideraríamos más como oportunidades de compra que como momento de venta.

Seguimos manteniendo que, si se dispone de plazo, hay que estar en renta variable mientras tengamos estos gobiernos que imprimen billetes a diario creando dinero de la nada. Ahora, eso sí, en una tendencia de largo plazo siempre hay correcciones y por ello debemos de viajar con la renta variable adecuada a nuestro perfil de riesgo para evitar que las caídas nos afecten demasiado y nos hagan vender en momentos no adecuados.

Un cambio importante que se está produciendo este año es el sectorial y el geográfico. Hasta este año, creo que con buen criterio, veníamos centrando el peso de nuestras inversiones en Estados Unidos y en sectores tecnológicos lo cual nos ha dado mejores rentabilidades que los que se centraban más en Europa y en sectores tradicionales.

Sin embargo a raíz del descubrimiento de la vacuna empezamos a observar un cambio sectorial y geográfico que no hemos podido pasar por alto. Los sectores tradicionales, Europa y todo aquello que había sufrido más durante el confinamiento empezó a recuperar con fuerza y, aunque al principio lo tecnológico acompañaba, a partir de febrero dejó de hacerlo por lo que decidimos incorporar más Europa y valores más tipo value a nuestras carteras a lo largo de estos meses para tener una posición más equilibrada.

Tenemos dudas de si este giro es una simple convergencia que hace que lo que había caído suba y lo que ya había subido mucho caiga o es un cambio sectorial y geográfico más duradero. Creemos que lo prudente es tener las carteras mixtas con una presencia en varias zonas y sectores y no hacer una apuesta clara hasta ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

Pensamos que el mundo ya es tecnológico y digital por lo que es probable que volvamos a tener una posición más sesgada a este tipo de sectores en un futuro pero de momento la prudencia invita a participar de una renta variable más global por la diversificación que esto comporta. Estaremos atentos a movimientos del mercado que nos hagan valorar la posibilidad de un nuevo cambio en las carteras.