Imagine un país en el que todos tuviéramos una puntuación en función del comportamiento que tengamos. Algo así como tener las estrellas que tienen los hoteles o restaurantes para saber si se duerme o come bien ahí.
Cada ciudadano y cada empresa tendría una puntuación que iría de 600 a 1.350 y esa puntuación subiría o bajaría en función de lo buen o mal ciudadanos que seamos. Sería algo así como medir nuestra credibilidad y que todo el mundo la pudiera conocer.
Acciones como fumar en lugares prohibidos, saltarse un semáforo, tener deudas o cometer fraude bajarían nuestro ranking y podría hacernos entrar en una lista negra que además es pública porque se publicarían las listas de individuos con bajo ranking en las pantallas de estaciones de trenes, autobuses y centros comerciales.
Las consecuencias de estar en esas listas negras serían que no podríamos tener acceso al crédito ni a determinadas compras online y a ni siquiera poder comprar un billete de avión o tren. Tampoco podríamos acceder a subvenciones, conseguir un visado o matricularnos en determinadas universidades o escuelas. Para salir de estas listas o mejorar tu puntuación, además de tener un comportamiento intachable tendrías que hacer donaciones de sangre o económicas a la sociedad.
Por el contrario, tener una buena puntuación haría que tuviéramos mayores posibilidades en ascender en el trabajo, mejor acceso a ayudas, mayor facilidad en acceder a determinados colegios o universidades y una menor lista de espera en la sanidad pública, por ejemplo.
Todo esto parece el argumento de una buena serie o un capítulo de Black mirror pero lo cierto es que esto existe.
Se llama Sistema de Crédito Social o Social Credit System (SCS) y empezó en China en los años 80 como un sistema de calificación bancaria y crediticia en determinadas zonas rurales donde no había registros oficiales. Posteriormente se implementó ya con fines sociales y desde el 2020 es oficial su existencia con este nombre.
Es cierto que no en todas las ciudades está implementado ya que el país es muy grande y es algo que lleva su tiempo pero ya se está empleando de manera experimental en varias ciudades, algunas tan grandes como RongCheng. El siguiente paso es el Yuan digital al que no le queda mucho y ayudará aun mas al Estado a controlar las transacciones.
¿Cómo consigue el gobierno chino toda esta información? al igual que en Occidente son Google, Facebook, Amazon etc. quienes saben todo de nostros, allí es el Estado chino quien tiene esa información. Saben qué compramos y dónde lo hacemos, cuales son nuestros gustos y aficiones a través de nuestro historial de búsqueda y nuestras redes sociales. Todos nuestros pagos y cobros están registrados por lo que nuestro historial crediticio tampoco es difícil de conseguir.
El comportamiento social se monitorizaría mediante cámaras de vigilancia en las calles, que a través de un sistema de reconocimiento facial y la Inteligencia artificial podrían identificarnos fácilmente entre miles de personas. Es increíble con qué nitidez nos capta una cámara desde cientos de metros de distancia.
Los argumentos por parte de las autoridades son los habituales. Es por nuestro bien. Evitaremos fraudes, habrá seguridad alimentaria, se protegerá la propiedad intelectual, se evitarán robos, se cogerá rápidamente a los delincuentes. En definitiva crearemos ciudadanos ejemplares, que se comportarán de forma correcta. Eso si, será el Estado quien diga qué es correcto y qué no, lo cual es peligroso.
Este Estado policial, a mi juicio, atenta contra la libertad individual, la privacidad y hasta la dignidad de la persona. Basta detenerse en cómo se publican en imágenes las personas como bajo ranking o, como leía recientemente, las personas con un mal historial tienen hasta un tono de móvil diferente para que el que llama pueda saber que está llamando a una persona con «mala reputación».
Hasta aquí alguno podrá pensar que eso pasa en China pero que aquí respetamos mas la libertad del individuo. Sin embargo siento decirles que en ciudades como Bolonia ya se está instaurando la Smart Citizen Wallet» que premia con puntos acciones como reciclar, usar el transporte público o usar bien la energía. En Roma está en fase experimental y de momento no es obligatorio, pero ya sabemos como empiezan estas cosas.
China names and shames citizens with a 'D' Social Credit Rating, by displaying their faces, IDs, addresses…on every billboard in the bus (subway/train/plane) for all to see.
This also alerts who you may want to 'stay away' from, lest your social credit score goes down! https://t.co/7du72Dy4rH pic.twitter.com/CxwGsFUY3g
— Songpinganq (@songpinganq) June 4, 2023