Después de un mal arranque, el mercado vuelve a estar en máximos históricos. ¿Y ahora qué? ¿Vender? ¿Reducir exposición? ¿Esperar una corrección?
Muchos inversores se sienten incómodos cuando el mercado alcanza nuevos máximos. Sin embargo, los datos nos dicen que no hay razón para ello. De hecho, pueden ser el preludio de nuevas subidas.
Un primer semestre con susto y recuperación
El año empezó mal. Los primeros tres meses fueron el cuarto peor arranque de los últimos tiempos. Un -15% en solo 66 días de mercado, provocado en gran medida por la incertidumbre política y los aranceles impulsados por Trump.
Los aranceles provocaron caídas superiores al 20% en tan solo 33 días. Sin embargo, lo que vino después fue una recuperación en “V” que no todos esperaban.

Lo más sorprendente no ha sido solo la intensidad de la subida, sino su resistencia a las malas noticias. Conflictos geopolíticos, tensiones con Irán, rumores de escalada militar, y predicciones de inflación al alza no han conseguido frenar al mercado.
En menos de 3 meses, el mercado subió un 25% para recuperar máximos, una de las mayores subidas de la historia tras una caída. Solo se han registrado nueve repuntes mayores en situaciones similares. Y, lo más interesante: en todos los casos, el mercado siguió subiendo durante los siguientes 6, 12 y 24 meses. Y no poco.
Observa la siguiente tabla para ver lo que pasa después de alcanzar máximos cuando venimos recuperando de una caída como la que tuvimos:

Máximos históricos no son sinónimo de caída
Existe una tendencia a pensar que cuando se alcanzan nuevos máximos, hay que salir del mercado. Pero la historia demuestra lo contrario. Vender en máximos históricos no ofrece mejores resultados que vender en cualquier otro momento. Y muchas veces, significa perderse lo mejor de la subida.
Desde 2009 hemos vivido uno de los periodos más alcistas de la historia bursátil. Salvo el parón de 2022, los máximos históricos han sido frecuentes. Y lejos de anticipar caídas, han sido antesala de más subidas.
Volatilidad a la baja: otra señal positiva
El índice de volatilidad VIX ha pasado de 45 a 16 en cuestión de semanas. Una caída del 64%. ¿Significa esto que la volatilidad volverá a subir y el mercado caerá? No necesariamente. En los casos anteriores en los que el VIX cayó tan rápidamente, las bolsas siguieron subiendo en los meses siguientes.
El papel de la política monetaria
La subida del mercado ha estado acompañada por expectativas de bajadas de tipos. Aunque no hay razones económicas claras para recortar tipos —la inflación está en el 2,7% y el empleo se mantiene sólido— el mercado descuenta hasta tres bajadas este año.
Esto se debe, en gran parte, a la presión política. Trump insiste en que los tipos deben bajar, y no es descartable que la Reserva Federal ceda. ¿Por qué le interesa? Porque un dólar débil favorece las exportaciones, ayuda a rebajar el peso de la deuda pública y estimula el crecimiento económico a corto plazo.
Europa, el dólar y la rentabilidad
En Europa, el arranque del año fue bueno, pero Estados Unidos vuelve a tomar la delantera. La renta variable americana sigue siendo más rentable mal que les pese a muchos, aunque el debilitamiento del dólar ha restado atractivo a las carteras no cubiertas.
El dilema de cubrir o no cubrir la divisa sigue siendo complejo. La cobertura tiene un coste, y nadie sabe con certeza hacia dónde va el euro/dólar. Lo único claro es que el dólar se ha debilitado frente a todas las monedas, y no precisamente por razones lógicas, sino por factores políticos.
Conclusión: ¿Qué hacer ahora?
Después de una recuperación tan fuerte, muchos temen que llegue el momento de “corregir”. Sin embargo, la historia nos enseña que después de subidas rápidas, una vez alcanzado máximos, las bolsas suelen seguir subiendo. La media histórica de revalorización después de alcanzar máximos viniendo de corrección es a 6 meses, un año, y 24 meses del 12%, 24% y 33% respectivamente.
Por tanto, no hay motivos para reducir exposición solo porque estemos en máximos. Si en marzo recomendábamos mantener y en abril acumular, ahora no tendría sentido hacer lo contrario solo porque se ha recuperado lo perdido.
Los drawdowns son oportunidades. Los repuntes, una prueba de la fortaleza del mercado. Mientras la liquidez siga fluyendo y la política monetaria sea favorable, hay razones para el optimismo.
Cuando el mercado alcanza nuevos máximos, no es momento de salir… sino de revisar por qué ha llegado hasta allí. 💡