Ya pasó con la crisis de Lehman Brothers, la intervención de los Bancos Centrales se consideró vital para poder sostener el sistema financiero que se tambaleaba en esos momentos.
En el 2008 los Bancos Centrales tuvieron que intervenir imprimiendo billetes y comprando activos para evitar el colapso de la economía. No soy yo partidario de demasiado intervencionismo pero es cierto que cuando el colapso es total y tenemos riesgos que van mas allá de un sector o una economía concreta, intervenir es evitar males mayores. Por eso creo que se reaccionó bien en esos momentos.
Ahora, a raíz de la pandemia, hemos vuelto a darle a la maquinita de imprimir billetes para evitar el parón económico que supuso el confinamiento..
El problema es que las ayudas o intervenciones, que deben de ser puntuales y temporales, se mantengan en el tiempo.
Hemos encontrado una manera muy fácil de financiar la expansión. Los estados emiten deuda que compran los propios bancos centrales imprimiendo billetes. Esta impresión, o lo que es lo mismo, este aumento de la masa monetaria provoca inflación, es algo tan fácil de entender como que a más cantidad de algo más barato es. A más billetes en circulación menos vale cada uno.
Todo el mundo está encantado con esto, todos queremos tener mas dinero en el bolsillo pero hemos de entender que ese dinero «creado de la nada» hace que mi dinero valga menos. Es por eso que detrás de ese espejismo de corto plazo en el que tenemos mas dinero en términos absolutos lo que ocurre es que somos mas pobres en términos relativos.
Los gobiernos quieren ser los mas sociales y por tanto los que mas gastan, si no, no les votan, y si no les votan se tienen que ir a su casa a hacer calceta porque la mayoría no se ha dedicado a otra cosa en su vida que a hacer carrera en su partido político.
Es por esto que una medida intervencionista que debería de ser puntual y extraordinaria para ayudar en un momento concreto se ha convertido en una norma. Una norma muy peligrosa porque estamos priorizando el corto plazo a cambio de hipotecar a las generaciones futuras con inflación persistente.
Las ayudas que hubo con Lehman Brothers se prolongaron en el tiempo y las que está habiendo con la pandemia es probable que también. Es muy difícil revertir una situación como esta porque es fácil acostumbrarse a lo bueno. Eliminarlo una vez que te has acostumbrado es antipopular. Recortar gasto se considera poco social aunque seguramente sea lo mas social que existe.